El collar eléctrico para perros es una herramienta de adiestramiento muy conocida y utilizada, sin embargo, ¿te has planteado qué repercusión tiene en los perros?
El collar eléctrico para perros es un collar que emite estímulos eléctricos, vibratorios o sonoros. Se suele usar para castigar al perro cuando hace algo que no queremos o cuando se escapa. Es decir, es una herramienta que utiliza el castigo positivo porque provoca en el perro un estímulo aversivo cuando éste hace algo inadecuado con el objetivo de que deje de hacerlo. A su vez también es un refuerzo negativo porque el estímulo aversivo se mantiene hasta que el perro deja de llevar a cabo esa conducta.
Cabe destacar positivamente su uso en modo vibración para educar a un perro sordo, así le podemos enseñar que la vibración significa un toque de atención para que acuda a la llamada, por ejemplo.
Vamos a centrarnos en los motivos por los que NO es aconsejable el uso de los collares eléctricos en los perros.
- Aunque los collares sean regulables cada perro es un mundo y unos pueden ser más sensibles que otros dependiendo del tipo de pelo que tenga o de la cantidad de grasa que tenga en el cuello. Una descarga demasiada alta puede provocar dolor, miedo, fobias e incluso una reacción agresiva como defensa. Una descarga muy bajita puede provocar una habituación a ese estímulo en el perro por lo que seguirá llevando a cabo la conducta que queremos corregir.
- La descarga eléctrica puede provocar estrés y ansiedad en el perro, lo que impide el aprendizaje en el perro. En un estudio realizado en la Universidad de Utrecht se comprobó que las descargas podían producir reacciones traumáticas en algunos perros.
- Puede producirse una asociación incorrecta y negativa por parte del perro. Si emites una descarga eléctrica en el momento inadecuado el perro puede relacionar algo que nada tiene que ver con la conducta que queremos corregir. El timing(tiempo que transcurre desde que el perro ha realizado un comportamiento hasta que recibe un estímulo) es crucial para un buen uso de esta herramienta, por eso su uso por personas no cualificadas no es recomendable.
Para entenderlo mejor vamos a poner un ejemplo. Supongamos que queremos corregir que el perro no se lance a otros perros por la calle. Vemos que nos vamos a cruzar con un perro y cuando nuestro perro se lanza le damos una descarga, pero en ese mismo momento está pasando también un niño por la calle en monopatín. El perro puede asociar negativamente la descarga con el niño, por lo que puede empezar a tenerles miedos porque justo cuando pasaba el niño algo le ha hecho daño.
- Empeora el vínculo entre perro y guía. Impartir dolor físico a un perro hace que éste empiece a tener miedo y a obedecer para evitar el castigo, pero también puede provocar un comportamiento agresivo hacia el guía dado que cada vez que le hacen daño el guía está presente, por lo que puede empezar a asociar y a redirigir su frustración hacia él.
- Causa problemas de salud: al igual que el collar de ahogo y de pinchos, el collar eléctrico es dañino para el cuello del perro, puede provocarle quemaduras. También eleva los niveles de cortisol y la frecuencia cardiaca hasta incluso provocar un shock. Si quieres saber más sobre cómo afecta negativamente el uso de collares de ahogo y ahorque para el perro te dejo el enlace a mi entrada Collares de pinchos y ahorque. ¿Son efectivos?
- Se usa como un atajo para solucionar problemas en el perro. Hoy en día nos hemos acostumbrado a la inmediatez y esto lo aplicamos al resto de aspectos de nuestra vida. Se nos olvida que los perros son seres vivos con sentimientos y emociones y que si tienen un problema de comportamiento es porque hay una causa que lo está produciendo. Querer solucionar un problema conductual con un collar eléctrico es un grave error. Primero hay que detectar el origen de ese problema y luego ponerle una solución respetando el bienestar del perro. Que sean perros no significa que tengamos el privilegio de poder maltratarlos. Igual que si un niño llora no vamos a pegarle una bofetada para que se calle tampoco podemos hacerlo con un perro porque algo le esté sucediendo.
- En España, regiones como Galicia, Madrid y Murcia ya aplican las leyes autonómicas sobre protección de los animales para prohibir en estos territorios el uso de collares eléctricos para perros cuando estos aparatos puedan provocar daños a las mascotas o perros de caza.
Ignacio Sainz-pardo Hilara
interesante artículo aunque con algún sesgo. Tener una opinión categórica sobre cualquier tema es muy extremo, como en todo. Al igual que existe un tipo de psicología, medicina o deporte para cada persona, existen perros con muchísimo instinto de caza u otros problemas y variables. Además las sesines con etologos-adiestradores son carísimas. Personalmente yo estuve con dos adiestradores en positivo, me deje la pasta y no me supieron “solucionar-controlar” el instinto de caza de mi perro cuando me voy a la sierra (miedo a que le atropelle un coche). Un amigo adiestrador me recoemndo el collar y ha sido lo mejor que nos ha venido a mi perro y a mí. El va feliz suelto por el campo y cuando ve un conejo se va a por el y ya simplemente con mi voz a base de entrenar con el collar se que vuelve. Ya únicamente uso de vez en cuando la vibración. La parte eléctrica la habré usado en 2 años 4 veces.
Con un uso responsable y con conocimientos me parece buenísima herramienta para casos puntuales.
Y por cierto en Madrid no esta prohibido bajo pauta veterinaria. Para no caer en sesgos