Tras valorar los pros y contras de tener un perro finalmente os habéis decidido por uno y hoy llega a casa.
Por todo ello es importante que no hagas un ruido excesivo, que actúes con la máxima naturalidad, cariño, comprensión y sin agobiarle para que se adapte a vuestro hogar.
Hay unos requisitos que tenemos que tener preparados a la llegada del cachorro, como son:
- Lugar donde hacer “sus cosas”:
Al llegar a casa y antes de dejarle en el suelo, llévale al lugar que hayas decidido que sea aquél que vaya a convertir durante las primeras semanas en su WC personal; ten en cuenta que dependiendo de dónde y cómo vivas, así podrá tratarse del tendedero, de una zona de la cocina, de una terraza o balcón o de una parte del jardín… o también podría tratarse de la habitación en dónde haya de pasar las horas en las que no pueda estar bajo tu control directo y permanente, de tal manera que no tenga ocasión de “despistarse” deambulando por una casa que no conoce, lo que no contribuiría mas que a hacerle sentirse mas angustiado e inseguro. Se trate de un lugar u otro lo importante es llevarle hasta allí en volandas, para que no tenga ocasión de depositar su primer “regalito” en ninguna otra parte… Cierra la puerta para evitar que acceda a cualquier otro lugar en el que pueda despistarse y quédate con él.
Ten preparado un lugar dónde hayas ubicado unos cuántos periódicos, ponle entonces en el suelo, acaríciale, háblale efusivamente en un tono alegre y permítele que lo olfatee todo, sin interferir demasiado, de manera que se vaya ubicando.
- Juguetes: El juego además de una forma de instrucción es muy importante para el desarrollo del cachorro. Tenle preparados unos juguetes que pueda morder y así evitarás en gran medida que se entretenga mordisqueando todo lo que quede a su alcance en la casa.
- Elige un nombre para él que usarás desde un primer momento siempre que le digas algo para que se vaya acostumbrando a él. Siempre que se te “despiste”, llámalo por su nombre y para hacer más hincapié en ello, chasquea los dedos y agachate, para que acuda a ti con mas confianza. Cuando lo haga, repite el consabido “MUY BIEN”. Si en algún momento intenta hacer algo “prohibido”, no uses su nombre. Di un “a a” bien sonoro, tajante (y convincente) y da dos palmadas en el aire. Es importante que desde este mismísimo momento sientes las que serán las bases para una óptima convivencia y le hagas comprender que quien manda eres tú. No él.
- Inspección del hogar: Una vez que el cachorro se ha desahogado permítele que se ponga a investigar el resto de la casa; recuerda que si hay algunas habitaciones que hayas elegido tenerle vedadas, es fundamental que ni siquiera en este momento le permitas que entre en las mismas. Ten las correspondientes puertas cerradas y pasa de largo… Has de tener siempre bien presente que todo aquello que se le permita durante esa primera toma de contacto con su nuevo hogar, deberá ser aquello que continúe estándole permitido en el futuro y eso otro que no quieras que haga, no deberá hacerlo ni siquiera ahora.
- Preparar un lugar para la comida: donde siempre tendrá agua fresca y abundante y donde colocareis el cuenco
con la comida a las horas que corresponda. Si el perro es demasiado pequeño y todavía no come alimento sólido has de estar preparado para darle leche con biberón. Lo más conveniente es que adquieras un perro de más de cuarenta días (en este caso no necesita ser alimentado con biberón) y para el has de tener preparado alimento sólido, cualquier profesional te venderá el tipo de pienso más adecuado. Quizá en un principio tendrás que darle en alimento ablandado con un poco de agua tibia hasta que le salgan todos los dientes.
Llévale al lugar donde le vayas a dar de comer, llamándole por su nombre y utilizando alguna frase corta que luego será la que identifique siempre con la hora de comer.Vierte en su cuenco una pequeña cantidad (no es necesario, el primer día, darle la ración completa que corresponda a esa toma; la mitad es suficiente), dejándole que te observe entusiasmado, mientras le sigues hablando con tono alegre y pon el plato en su sitio e invítale a acercarse a comer, acariciándole suavemente el lomo cuando comience. Si se anima, tras esa caricia de “apoyo”, es llegado el momento de dejarle solo y tranquilo, ante su plato de comida, cerrar la puerta y esperar. Es importante para que no se distraiga, sobretodo y muy especialmente para que se acostumbre a comer solo.
Dale quince o veinte minutos de margen y pasado este tiempo, entra en la habitación y retira el plato, sin hacer ningún tipo de aspavientos ni comentarios, tanto si se lo ha comido todo como si no.
Comprende que no sería de extrañar que estuviera algo inapetente. No te preocupes por ello y, sobretodo, no se te vaya a ocurrir mezclar lo que no haya comido, tanto si es una parte de la ración como si se trata de la totalidad, con ningún tipo de caprichito. No le estarías haciendo ningún favor, sino malcriándole. Y como los cachorros son ya muy listos, créeme si te digo que se aprovecharía de tu propia debilidad.
Sería normal que le entraran ganas de nuevo de desahogarse, así que condúcele otra vez al lugar de los periódicos y otra vez déjale estar ahí un buen ratito… diez, quince minutos como mínimo.
Este será “su” rincón, un espacio donde nunca será molestado. evidentemente en un principio será inevitable violar esta regla ya que tenderá a llevar allí todos sus tesoros (medias, calcetines, zapatos……).
Si el lugar que has decidido está a tu lado, recuerda que deberás dejar una tenue luz encendida que le sirva de guía para encontrar el lugar específico dónde colocaste los periódicos, pues es más que probable que durante la larga noche, necesite desahogarse. Si por contra has preferido que el cachorro duerma en la propia habitación dónde está su WC particular, ten en cuenta que su camita debe estar algo separada de los papeles, pues los perros son muy limpios y muy mirados para estas cosas.
Si tienes hijos y éstos están “de los nervios”, compitiendo por ver quién toca más al cachorro y a quién hace este más caso, explícales claramente esto que acabo de decir, que tienen toda una vida por delante para quererle y dejarse querer y haz que comprendan que el cachorrito estará agotado, intimidado y nervioso y que, aunque no lo aparente, lo que más necesita ahora, después de tantas emociones, es descansar y relajarse…
- Unidad familiar: Otro detalle importante es que a la llegada a casa y en las próximas cuarenta y ocho horas, las únicas personas que mantengáis contacto con el cachorro seáis aquellas que conformáis la unidad familiar a la que, desde ese mismo momento, pertenece. Nadie más. Ya tendrá tiempo vuestro perrito de conocer al resto de familiares, a los vecinos, a los amigos y a todo el barrio. Ahora es importante que aprenda a conoceros y que sepa que sois vosotros y sólo vosotros su verdadera y única familia.
Consejos
En las cuarenta y ocho horas posteriores a la llegada a casa y la primera toma de contacto con su nuevo hogar, la mecánica va a ser la misma. Sólo que poco a poco irás introduciendo algunas novedades; novedades que son propias de tu rutina habitual. Usar el lavavajillas o la lavadora, el aspirador; encender el equipo de música o la televisión; guisar, tender la ropa, planchar o coser; escribir en el ordenador, etc., etc.. Cosas que haces habitualmente y para las que a partir de ahora vas a contar con un nuevo espectador de excepción, lleno de curiosidad y de muy “malas” intenciones… usa el “a a” y el “MUY BIEN” a discreción y ya sabes que con el “a a” no debes asociar su nombre jamás, pero con el “MUY BIEN” cuanto más uses su nombre como coletilla, mejor que mejor.
Cierra puertas tantas veces como sea necesario y acuérdate de que después de cada siesta, de cada comida o de cada tiempo que os dediquéis a jugar, llegará el “momento de la verdad” y de hacer pipí o cacota… así es que acuérdate de guiarle al lugar en cuestión. Y en todo caso ten muy presente que los periódicos deben utilizarse durante el menor periodo de tiempo posible; tendrás que hacer sacrificios, pensando más en él que en ti, yendo a la calle (o al jardín) cada tres-cuatro horas si es necesario, para que haga sus necesidades y prescinda de los periódicos que solo debería usar –si acaso– durante las horas nocturnas y para “emergencias”.
Tiene que aprender a estar solo y a entretenerse con sus juguetes o, sencillamente, a dormirse plácidamente pues, antes o después, como es lógico, tu tendrás que retomar tu vida donde la dejaste el día que viniste a recogerle y tendrás que ir a trabajar o a la compra… y la casa se quedará vacía.