La oruga procesionaria PUEDE MATAR A TU PERRO. Hay que tener muchísimo cuidado porque sobre estas fechas, finales de febrero y marzo empiezan a aparecer.
Esta oruga es el estado larvario de la Thaumetopoea pityocampa, una mariposa muy común en los bosques de coníferas que si entra en contacto con el perro le puede provocar hasta la muerte.
¿Por qué son tan peligrosas?
Desgraciadamente estas orugas presentan, en su parte superior, unos pelos urticantes, similares a las púas de algunos cactus, cargados con una sustancia tóxica que suelta a modo de defensa cuando se ven amenazadas. Estas púas se clavan rápidamente cuando se tocan y liberan el veneno.
A consecuencia de ello, esta toxina una vez inoculada, provoca una irritación muy fuerte, similar a una quemadura en la zona de contacto directo y sobre todo en la piel de la cara, la lengua y la mucosa oral provocando al instante un cuadro clínico muy doloroso con picores, que de no tomarse medidas puede provocar una fuerte inflamación que puede bloquear incluso las vías respiratorias, heridas que al estar en la boca, además se infectarán, pudiendo provocar incluso la necrosis de las parte infectadas, dándose casos de perdidas parciales de la lengua. La oruga procesionaria puede matar a tu perro.
Síntomas que presentan los perros al entrar en contacto con la procesionaria:
- Inflamación de la cara (edema facial) y de los párpados.
- Inflamación de los labios y de la mucosa oral.
- Inflamación de la lengua que conduce a la imposibilidad de cerrar la boca, provocando en muchas ocasiones oscurecimiento y necrosis parcial de la lengua.
- Salivación abundante.
- Jadeo, sobre todo por el dolor.
- En caso de ingesta puede provocar asfixia por edema del laringe, vómitos y hemorragias.
- Shock anafiláctico y muerte.
¿Qué hacer?
Una rápida actuación veterinaria es fundamental para controlar el cuadro clínico y evitar complicaciones, que pueden conducir a un fatal desenlace. Por ello es imprescindible acudir de urgencia a un veterinario.